Esta semana traemos a nuestro blog un artículo de Miguel Seijas, apasionado de la fotografía que, como el mismo se define en su web (http://www.miguelseijasphoto.com/) "Para mí la fotografía no es sólo captar imágenes tangibles, es la forma de expresar sentimientos y emociones; calma, paz, alegría, ilusión, miedos, nostalgias… Supongo que cada vez que realizas una fotografía algo te une a ella de por vida, siempre queda en su esencia algo de tí mismo". Esperamos que os guste..
"Si nos remontamos a la antigüedad el hombre siempre ha querido transmitir, de generación en generación, sus tradiciones, a lo largo de los años de diversas maneras.
Primeramente de manera oral, luego escrita y en los últimos tiempos de una forma más visual. Es aquí donde cobra sentido la fotografía que aunque a través de los siglos ha ido cobrando importancia poco a poco, en los últimos años más debido a la revolución tecnológica.
La fotografía, que es de lo que en este artículo vamos a tratar, cobra una importancia vital, sobre todo en estos momentos en que durante dos años no han salido procesiones a las calles; de esta manera es como, de una forma visual, se puede mantener viva una llama durante todo este tiempo de ausencia de procesiones. Pero distingamos una foto bonita de una buena fotografía: la fotografía bonita no deja de ser simplemente eso, algo que nos gusta y que apreciamos de una forma superficial; las buenas fotografías son las que, como yo digo, tienen alma y no es necesario explicar, ya que ellas por sí solas hablan, muestran un sentimiento o un estado de ánimo, sin dejar de lado la composición y unas reglas técnicas mínimas.
Vemos muchísima gente haciendo fotografías no solo con cámaras, sino también con móviles... Pero si nos fijamos un poco podemos distinguir a los coleccionistas de imágenes, cuyo interés o único fin es congelar un momento, los que solo miran hacia arriba, pendientes únicamente de la imaginería, sin fijarse que lo importante sucede debajo, al igual que también distinguiremos a los que primero miran, se mueven para buscar el mejor ángulo o un punto de vista diferente y apartarse de la imagen repetitiva, que están pendientes de los braceros, de las miradas de las Manolas, de los gestos de los monaguillos, de las lágrimas de algún papón de acera… Quizás hay que fotografiar menos a lo Divino y más a lo humano, alejémonos de buscar como se suele decir, "el paso monumento" con el único fin de que nos publiquen la foto para un cartel o una estampa y fotografiemos más sentimientos, situaciones que igual nunca se volverán a repetir. La imagen de un Cristo o una Virgen delante de un monumento se repetirá año tras año, pero la sonrisa de un monaguillo, por ser quizás su primera procesión, o las lágrimas de una Manola, por la pérdida de un ser querido, esos sentimientos igual nunca tendremos la posibilidad de volver a captarlos.
Dejemos de levantar la cabeza como signo del aquí estoy yo, mi foto es la mejor, buscando reconocimiento y “raseemos”, miremos hacia abajo y al frente sin perder de vista todo el camino que nos queda por recorrer, dentro de la humildad, y de vez en cuando, echemos también la vista atrás, para no olvidar lo recorrido y cuál ha sido nuestro punto de partida, de dónde venimos, sin ponernos metas. Hagamos fotografía viva y no inerte
Gracias a David por darme la oportunidad de poder dirigirme a vosotr@s. Recibid un abrazo de hermano".
Fdo. Miguel Seijas
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